lunes, 27 de septiembre de 2010

PEPIN Y LA MARATON XTREME LAGOS DE COVADONGA

   !! ENHORABUENA PEPE ¡¡

Pepe es compañero del Parador de Cangas de Onis

 42 KM POR EL MONTE, 5 HORAS 30 MINUTOS ,CASI NADA

La carrera estuvo formada por 124 deportistas, hubo cuatro retirados y ningún incidente grave

El argentino Gustavo Enrique Reyes se proclamó ayer vencedor absoluto de la Maratón Xtreme Lagos de Covadonga que organiza el Grupo de Montaña Peña Santa de Cangas de Onís. Lo hizo tras completar la durísima carrera, de unos complicados 42 kilómetros y 195 metros, en 4 horas, 24 minutos y 13 segundos. Un tiempo superior al de los 123 deportistas que formaron la carrera junto a él. No en vano, el argentino es actual campeón de la copa K 42 después de haber ganado el pasado mes una carrera en Chile. Tras él, entró en la meta instalada en el Puente Romano de Cangas de Onís, el leonés Eulogio Bello Álvarez, del club de la Escalerilla, con un tiempo de 4 horas, 24 minutos y 46 segundos. En tercer lugar quedó Rubén González Rodrigo, del club La Parolaccia Pizzería Peña Santa, quien completó la prueba en 4 horas, 25 minutos y 39 segundos.


En la clasificación general femenina fue Eva María Braña, del Avientu, quien se alzó con la victoria, con 5 horas, 46 minutos y 49 segundos en la crono. En segundo lugar quedó Nerea Blasco Badiola, del club Peña Mea de Laviana, con un tiempo de 5 horas, 58 minutos y 1 segundo. La tercera mujer fue Ana Cristina Aguado Mori con 6 horas, 13 minutos y 12 segundos.

Fue, a juicio de los organizadores, «una carrera muy dura, con desniveles importantes y una meteorología que no ayudó a suavizar las duras pendientes recorridas» desde las nueve de la mañana y hasta las cinco y media de la tarde, cuando entró el último participante. En general, apuntaron, «el nivel ha sido buenísimo» y de hecho sólo hubo 4 abandonos -una mujer nada más entre ellos- y, además, no hubo que lamentar incidentes graves. El club ganador fue La Parolaccia Pizzería Peña Santa y el participante más veterano, de 65 años, fue Gregorio Ascacibar Soriano, de Logroño.

EL COMERCIO

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