viernes, 6 de marzo de 2009

ENTERRAMIENTO AZILIENSE DE LA CUEVA DE LOS AZULES , CANGAS DE ONIS, I

La cueva de Los Azules I se encuentra situada en las inmedia-
ciones del barrio de Contranquil, en Cangas de Onís (Oviedo). Una
gran capa de calizas cretácicas de la vertiente sur del monte de Llueves encierra un gran complejo cárstico en el que están integradas las cuatro cuevas conocidas hasta el momento.
Su localización, a unos veinte metros sobre el nivel del río Sella y muy próxima a la confluencia de este río con el Güeña, ofrece un excelente lugar de habitación a las poblaciones primitivas.

(*) Quisiéramos agradecer a D. Baldomero Menéndez Sierra y a Doña Amada Beran Vigil la ayuda que en todo momento nos han prestado, haciendo posibles las excavaciones, financiando la campaña de 1974 y gran parte de la de 1975, en la que también colaboró la Excma. Diputación Provincial de Asturias. El equipo de excavación estuvo formado en la presente campaña por Manuel G. Morales, María del Carmen Márquez Uría, José Luis Izquieta Etulain, Carlos López del Río, María Isabel Martínez Navarrete, Victoria Cabrera, Javier Gómez García, Juan Carlos Fernández Fernández, Javier Muñiz Valdés, Ignacio de la Cuesta Rodríguez. Agradezco también a D. Joaquín G. Echegaray, D. Ignacio Barandiarán, Alfonso Moure y Federico Bernaldo de Quirós la ayuda que en todo momento nos prestaron, a Lorenzo Arias Páramo los dibujos que ilustran este artículo así como sus trabajos en la excavación. A la Dra. María Dolores Garralda su importante ayuda como antropólogo. A D. Martín Almagro Basch el apoyo que nos proporcionó en todo momento, así como a D. Emilio Olávarri por sus consejos y ayuda. A. D. Celso Diego Somoano, que nos ha ayudado de un mo-
do importante durante los trabajos en Cangas de Onís.


JUAN A. FERNANDEZ-TRESGUERRES VELASCO

1971 D. Alberto Blanco Castaño y Francisco de la Roz Soto descubrieron la entrada de una de las cuevas. La colmatación de la misma había sido total, quedando sólo una pequeña abertura que era conocida como madriguera de zorros. Poco después., a
unos cinco metros de esta entrada, se descubrió otra nueva cueva situada más hacia el oeste. Sólo se podía penetrar unos pocos metros hacia el interior v con grandes dificultades; aun hoy apenas es conocido el vestíbulo de estas dos cuevas, comunicadas ambaspor una sala interior.
El descubrimiento proporcionó un fragmento de arpón aziliense y algunas lascas de cuarcita y sílex. Algunos destrozos ocasionados posteriormente en las cuevas obligaron a cerrarlas, lo que fué realizado por el propietario de la finca, D. Baldomero Menén-
dez Sierra.
Las excavaciones oficiales comenzaron en el año 1973. Se eligió como lugar de excavación la denominada Los Azules I, por ser la que más destrozos había sufrido por los excavadores furtivos,aunque luego se pudo comprobar que sólo en algunos puntos habían alcanzado los niveles fértiles. Durante esta campaña de 1973 se. descubrió un rico nivel aziliense, con una gran cantidad de material, lo que nos permitió reconocer la importancia del yacimiento para el conocimiento de esta industria de finales del Paleolítico.
La campaña de 1974 nos permitió conocer más a fondo la estructura del yacimiento y su riqueza. Fué al final de esta campaña de 1974 cuando en un sector del yacimiento se descubrieron huesos que parecían humanos. La estratigrafía del yacimiento fué confirmada, quedando a finales de agosto de 1974 como sigue:

Nivel 1: Arcillas amarillentas que colmataron completamente
la cueva. Arqueológicamente estéril.

Nivel 2: Arcilla roja. Abundante Helix. Industria aziliense.

Nivel 3: Dividida en cuatro capas perfectamente diferenciadas en algunos sectores de la cueva por la distinta coloración. En el sector W. de la cueva las capas están destruidas en su mayor parte por el enterramiento. Industria aziliense muy abundante.
Las capas se inclinan hacia el interior de la cueva y van siendo más débiles y confusas a medida que avanzamos hacia el interior, desapareciendo totalmente a pocos metros de la entrada.
En la campaña de 1974, como ya se dijo, se encontraron huesos de un pie humano en el sector W. del cuadro D III. Por falta de tiempo hubo que reservar todo ese sector para una campaña posterior. Los cortes, en ese momento, no permitían apreciar la existencia de una fosa, aunque sí se podía apreciar claramente que el nivel 2 permanecía intacto. Solamente se podía observar que bajo una laja de piedra que sobresalía del corte destacaba un hueso largo, bastante destruido, por lo que no podía ser identificado claramente.
La campaña de 1975 fué planeada toda ella en. torno al posible enterramiento. Los trabajos de exacavación se prolongaron durante dos meses, que fueron dedicados en su integridad a este sector de la cueva. El corte, ya seco, permitía apreciar la existencia de una zona de revuelto de poco más de un metro de larga y de profundidad variable, que venía a terminar en el lugar donde se habían descubierto los huesos del pie. El revuelto estaba situado entre la capa a del nivel 3, que aparecía intacta, y 1a capa d, también intacta.
La excavación del nivel 2 nos permitió observar cuidadosamente que se había formado en una época posterior al enterramiento, lo que, desde el punto de vista estratigráfico permite localizar con mayor exactitud la estructura. Como ya se dijo, este nivel 2 se ca-
racteriza por la industria Aziliense y debió formarse en un momento ligeramente posterior al abandono de la cueva por sus moradores o en los últimos momentos de su ocupación. Y este nivel no había sido revuelto en este sector de la cueva, sino que permanecía intacto y sellado por un bloque de piedra de gran volumen.
La capa a del nivel 3 también se encontraba intacta en el cuadro C II, encontrándose en ella gran cantidad de material arqueológico. Pero en el cuadro B II había desaparecido casi por completo, si exceptuamos el sector N.-E., en el que se conservaba parcialmente en la zona que bordeaba un bloque de piedra hundida verticalmente en la tierra y producto de algún desprendimiento del exterior. Este hecho resultó de gran interés, ya que permitió apreciar que este sector conservado de la capa a estaba en contacto con el descubierto e identificado en la campaña de 1973 y que había sido datado por el C 14. Además este escaso fragmento de la citada capa salvado de la destrucción cubría la cabecera de la fosa, perfectamente definida gracias a la distinta coloración de la tierra, ya que había sido abierta en la capa b, de un color rojizo intenso en el que destacaba el negro de la tierra del enterramiento.Este estaba situado en una zona marginal de la cueva; muy próximo a la entrada (poco más de un metro lo separa de la boca), pero arrinconado junto a la pared, en un lugar en que el techo es muy bajo (Fig. 2). Junto a la pared y hacia el interior de la cueva corrió en algún momento un arroyo que abrió un pequeño cauce que, posteriormente, fué rellenado por una arcilla de coloración más clara. Este pequeño curso de agua, que arrolló algunos elementos del enterramiento, depositó en varvas perfectamente definidas, al fondo de la cueva



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