lunes, 22 de septiembre de 2008

Carlos II "El Hechizado" y ¿ Cangas de Onis ?



Pues si señores, parece ser que El Rey Carlos II el Hechizado tambien tuvo algo que ver con nuestra ciudad, seguro que se sorprenderan tanto como nosotros despues de leer esta cronica.

Hijo del rey de España Felipe IV y su esposa Mariana de Austria, nació el 6 de noviembre de 1661.Sucedió a su padre a la edad de 4 años, quedando su madre al frente del gobierno de la nación durante su minoría de edad.Carlos II, desde su nacimiento se mostró como un niño débil y enfermizo, hasta el punto que hubo que destetarle en el momento de proceder a su coronación, ya con cuatro años.

Rumores sobre la esterilidad del rey: un posible hechizo

Este rumor movió a fray Froilán Díaz, confesor del rey, a organizar una fantástica representación diabólica y unos espectaculares exorcismos.Hoy en día, atribuir semejante circunstancia (la falta de descendencia real) a un embrujamiento movería más a la risa que a otra cosa, pero aquella época era especialmente propicia para creer en hechizos. Cuando no se encontraban explicaciones a la infecundidad de un matrimonio, o a la llegada de una enfermedad, se acudía al mundo de lo sobrenatural. Alguna bruja habría realizado un hechizo o el propio diablo habría tomado posesión de la persona afectada.Era época de amuletos, conjuros y apariciones. Había montañas que mugían, como la de la Alcarria; lagos que ocultaban peces que exhalaban vapores y luego se convertían en formidables tormentas. Los que nacían en Viernes Santo no sólo curaban la peste con el aliento, sino que poseían la facultad de ver a los que habían muerto en el mismo estado en que quedaron en el momento de morir.No fue difícil convencer al propio rey de que estaba hechizado.A partir de la muerte de su primera esposa, su salud (tenía entonces 28 años) comenzó a empeorar. El embajador de Inglaterra escribió:"Padecía con frecuencia unos temblores que los médicos llaman convulsivos, los cuales comprendíendole todo el cuerpo, le dejaban sumamente fatigado. A esto hay que unirle que a ratos sentía un interior desfallecimiento como si se fuera a desmayar".


Fray Froián, confesor del rey, empezó entonces a sospechar en algún tipo de hechizo sobre el rey. Se sabía que por aquellos años había un grupo de monjas en Cangas de Onís que decían estar endemoniadas, y que por su boca hablaba el mismísimo diablo. El confesor no lo pensó dos veces, sería buena cosa preguntarle al diablo sobre el hechizo del rey y su manera de curarlo. El obispo de Oviedo se negó a semejantes manejos. El rey, estaba enfermo, no hechizado, dijo el obispo. Y, que lo curaran, si tenía cura, médicos, y no sacerdotes.
Pero Froilán era terco como una mula. Llevó sus andanzas a espaldas del obispo y dio orden al sacerdote fray Antonio de Cangas de Onís que estaba a la custodia de las monjas, que se prendiera sobre el pecho un papel con los nombres de Carlos y Mariana, y preguntase al diablo si alguna de aquellas personas estaba posesa. Fray Antonio estaba entusiasmado y convencido de que aquella era la gran misión que Dios le tenía destinada. Ni corto ni perezoso, puso la mano de una de las pretendidas posesas sobre el altar y conjuró al diablo a responder:
La posesa, con una voz ultratúmbica, respondió:
"El hechizado es el rey Carlos. El hechizo le vino a los catorce años, y le vino con una bebida, que al tomarla destruyó en él la materia de la generación y la capacidad de administrar el reino."
El remedio que propuso el sacerdote para acabar con el maleficio fue que el rey tomase en ayunas un vaso de aceite bendito. El rey, a espaldas del obispo, fue informado de ello y accedió a tomar el remedio prescrito.
Como la cosa no parecía mejorar, se le exigió al diablo nuevas consultas. Esta vez el diablo aseguró que el hechizo había tenido lugar el día 3 de abril de 1675, con una taza de chocolate, y fue llevada a cabo por una mujer que quería gobernar a su antojo:
"Precediendo juramento del demonio por el Santísimo Sacramento, le pregunté en qué había dado el hechizo al rey. Respondió: en chocolate a 3 de abril de 1765. Preguntéle de qué se había confeccionado. Respondió: de los miembros de un hombre muerto. Pregunté: ¿Cómo? Respondió: de los sesos de la cabeza para quitarle el gobierno; de las entrañas para quitarle la salud y de los riñones para corromperle el semen e impedirle la generación. Preguntéle: ¿Quién fue el causante de tal embrujo?. Y respondió, el hechizo le vino en tiempos de don Juan de Austria. Los remedios de que necesita el Rey, prosiguió Lucifer, son aquellos mismos que la iglesia tiene aprobados. Lo primero darle el aceite bendito en ayunas. Lo segundo ungirle con el mismo aceite todo el cuerpo y cabeza. Lo tercero darle una purga en la forma que previenen los exorcismos y apartarle de la reina... ni verla, ni verle."

El 24 de septiembre y el 3 de noviembre recibieron nuevas noticias del diablo de
Cangas de Onís, hasta que a finales del mes de noviembre el diablo se negó a hacer más declaraciones, asegurando que Carlos estaba sano y que cambiaran su médico, que le mudaran los colchones y la ropa de la cama y le sacaran de Madrid
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