La Vega de Enol acogió el viernes la tradicional Fiesta del Pastor, en la que se dieron cita el deporte rural, la música y el homenaje a los hombres de la montaña
Vega de Enol (Cangas de Onís), Rebeca AJA
Es una romería cerca del cielo, pero ayer, en la Vega de Enol, quien más cerca estuvo de él fue Antonio González Martínez. Porque fue el primero en pisar la cumbre de la Porra de Enol. Casi 1.300 metros de ascensión y otros tantos de bajada que este joven de Amieva liquidó en 9 minutos y 36 segundos. «Es una tradición venir aquí, empecé hace cuatro años y el que viene vuelve», dice mientras recupera del todo el aliento. Resuello perdido en una de las tradiciones más populares de la Fiesta del Pastor, la escalada a la Porra de Enol. Bajo la amenaza del orbayu (quedó solo en eso, en amenaza) once corredores se animaron a hacer la Porra. Antonio González lleva cuatro años animándose, los mismos que lleva ganando. Santiago Obaya, de Gijón, y el vasco Gaizka Itza subieron con él al podio.
La Fiesta del Pastor, declarada de interés turístico regional y cita ineludible cada 25 de julio (día de Santiago), se celebró por primera vez en el año 1939. Se hace junto a las aguas del lago Enol, en lo alto de la montaña de Covadonga, y en los últimos años se trata de introducir actividades nuevas vinculadas al manejo de animales. Si el año pasado fue la de perros pastores, este año fue la de perros rescatadores. El Grupo de Perros de Salvamento de Asturias hizo una demostración de lo que estos animales son capaces de hacer cuando se trata de obediencia, habilidad y rastreo. «Duna», una perra golden retriever de 4 años, se llevó la gran ovación del numeroso público presente, quizá porque pese a no tener su mejor día dejó escenas divertidas. Pero allí estuvo «Bao», un compañero de 7 años de gran experiencia que participó en el rescate del terremoto de Pakistán para compensar.
Alcanzado el mediodía, la entrada de la niebla parecía querer deslucir la fiesta. Pero terminó respetando una de las pruebas más espectaculares, la carrera de caballos. Antiguamente se corría a pelo, ahora con silla y casco. De hecho, no llevar esto último le costó la retirada a uno de los seis jinetes participantes. Ganó Alejandro de Dios Caso, un joven de 27 años de Cangas de Onís que hizo una soberbia carrera a lomos de «Sabio», caballo de 9 años. Fueron tres vueltas a un circuito de 1.350 metros de longitud total. Alejandro Allende González, también de Cangas, fue segundo y el cangués Miguel Gutiérrez Vidal, tercero.
El deporte rural en la Vega de Enol quedaría incompleto sin el tradicional tiro de cuerda. Participaron cuatro equipos, pero la liguilla se alargó tanto que terminó perdiendo público. Una lástima porque la prueba se resolvió con una final de infarto entre los equipos de Ajo (Cantabria) y Canteiros (Somiedo y Teverga). Ganaron estos últimos por escasos centímetros. Por detrás, los equipos de la Comarca de la Sidra y Amigos de Piloña.
Y rozando las tres de la tarde terminó el cartel de la Fiesta del Pastor, que había comenzado a las nueve y media de la mañana con la misa solemne en la capilla del Buen Pastor, en los Picos de Europa, muy cerca del cielo.
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