lunes, 11 de febrero de 2008

El Principado reformará parte del estuco y estudiará bajar el tono de fachada de Abamia

Reunion en El Parador de Villanueva de Cangas de Onis
foto, El Comercio

Los vecinos piden recuperar la piedra vista original del edificio Asensio anuncia un nuevo proyecto de restauración para las pinturas que conserva el templo de Santa Eulalia

10.02.08 -
EVA SANROMÁN El Comercio Oriente

Estucado sí o estucado no. Ése, dice el director general de Patrimonio Cultural de Asturias, Adolfo Rodríguez Asensio, fue el debate planteado ayer en una reunión que una decena de expertos en Patrimonio mantuvieron con cinco representantes de la Asociación Cultural de Abamia. El tema central era el resultado final de las polémicas obras de la iglesia de Santa Eulalia de Abamia. Intentaban así llegar a un acuerdo, aunar posiciones y buscar la solución para que el templo sagrado «deje ya de sufrir».

Pero la polémica seguirá adelante. El director general reconoció que la tonalidad amarilla de la fachada «choca y molesta, así que habrá que dar una vuelta a ese tema». La solución, no obstante, la decidirán los técnicos. «Estudiaremos rebajar la tonalidad aunque aún no se ha decidido nada», comentó.

La postura de los expertos se acerca a la de los vecinos, pero ni unos ni otros comparten el mismo fin para el futuro de Abamia. Los primeros defienden el estuco que cubre las paredes del templo aunque reconocen que en algunos puntos se dio de un modo incorrecto y, por ello, lo reformarán -concretamente en la fachada oeste del edificio-. Y los vecinos piden, nuevamente, que se retire ese estucado para recuperar la piedra vista original del siglo XIII. La suya, dice la asociación, no es una visión estética, ni romántica, «es el cumplimiento del deber de conservación».

El problema, asegura el arquitecto y coordinador del proyecto de Abamia, Javier Arbesú, es que sin el famoso estucado la humedad calaría en el templo llevándose así las pinturas, casi todas Barrocas, que existen en las paredes del mismo. A su juicio, el problema de Abamia «se ha desbordado». «Al restaurar, cogemos un edificio del pasado para devolverlo al futuro, y el problema es que la memoria de las personas, de 15 años atrás, ve cómo se produce un cambio». Es decir, aunque el aspecto de Abamia no sea el esperado por los vecinos, sí es el adecuado para la supervivencia del templo, «para que nuestros nietos puedan verlo igual que nosotros», explicó Arbesú. El caso es que «los muros de la iglesia son auténticos depósitos de agua, cargas de humedad», añadió Asensio. Arbesú ya declaró que «no estaba de acuerdo con la forma con la que se aplicó el estucado», recordó el director de Patrimonio, «y eso se va a arreglar, pero no implica tener que tirar todo el estuco»

Decálogo

El debate, por tanto, es ahora técnico. La reunión en la que participaron miembros de la asociación sirvió, además, para que los vecinos entregaran a los expertos un decálogo para que «a partir de ahora, en las restauraciones de los elementos histórico-artísticos, cuenten con la participación ciudadana», explicó el portavoz de la asociación, Juan Casero.

Piden que se reforme el reglamento del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias, que se cree una comisión científica para cada restauración, que haya un registro para asociaciones en defensa del Patrimonio y que se incluya en la ley el reforzamiento de la acción pública, entre otras cosas. Los diez puntos que presentaron los vecinos fueron «valorados positivamente» por el responsable de Patrimonio, quien aseguró que la intención de la Administración es «unificar esfuerzos y alejar elementos divergentes».

Pero no hubo manera. «Ellos plantean ejemplos como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo, dicen que por qué unos se estucan y otros no, pero cada monumento es distinto y lo que sirve para uno no tiene por qué ser extrapolable a otro», explicó Rodríguez Asensio. Por su parte, los vecinos reclaman «que se apliquen los mismos criterios que en Santa María del Naranco». Solicitan, además, que «se haga un estudio de estratigrafía de la arqueología de su arquitectura».

Por el momento, adelantó Asensio, «propongo comenzar a trabajar en un proyecto de restauración de las pinturas interiores». Y respecto al futuro exterior del templo, «hay que estudiar la portada porque habrá que plantear este elemento para su restauración ya que tiene la piedra dañada y algún problema con hongos». Así que, anunció Asensio, «nos podremos en contacto con el departamento de Petrología de la Universidad de Oviedo y abordaremos las cuestiones que quedan por hacer». Lo harán «pronto», tanto como se pueda «en la medida que nos dejen los presupuestos».

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