viernes, 3 de septiembre de 2010

FAVILA Y SU MUERTE A GARRAS DEL OSO


FROILUBA , ESPOSA DE FAVILA, A SUS ESPALDAS EL REY Y EL OSO


El desgraciado suceso que costó la vida al rey ástur es narrado por las tres crónicas con términos muy similares. Antes de entrar a conocer esas diferencias:



-Iste leuitate ductus ab urso est interfectus. "Este (Fávila), llevado por ligereza, fue muerto por un oso" (Albendense)


-Quadam occasionem leuitatis ab urso interfectus esse dignoscitur regni anno segundo era DCCLXXVII. "Se sabe que a causa de la ligereza fue muerto por un oso en el segundo año de su reinado, en la era 777" -año 739- (Rotense).


-Quadam occasione leuitatis ab urso interfectus estt an. regni sui secundo era DCCLXXVII. " A causa de una ligereza fue muerto por un oso, en el segundo año de su reinado, en la era 777" -año 739- (Sebastianense).


Las tres coinciden, como se ve, al calificar el hecho como una "ligereza". Leuitatis es el término latino que emplean de forma unánime las tres, vocablo que en latín clásico significa "ligereza, agilidad, velocidad" y también "volubilidad, inconstancia".



La concordancia de las tres en el mismo término puede ser debida a la fuente común en que se inspiraron, esa supuesta crónica original de Alfonso III, de la que derivan tanto la Crónica Albendense como las de dos versiones de la Crónica de Alfonso III, pero es posible que tenga otra explicación añadida.


El suceso se ha considerado por los historiadores de la época, por lo general, como algo fortuito. Los osos debían de ser abundantes en aquellos tiempos y en esas tierras montañosas, y el encuentro con un de ellos algo relativamente frecuente. En consecuencia, la muerte de Fávila fué, se concluye, un episodio desgraciado.
 
Sin embargo, la caza era en aquellos tiempos una de las principales actividades de las gentes nobles
 
El encuentro de Fávila con el oso no pudo ser fortuito, sino provocado o buscado por el monarca, ya que al parecer los osos no atacaban al hombre a no ser que éste les acometa. Así lo entiende, en una versión muy literaria del suceso, la primera Crónica General, mandada componer en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio: "Este Rey Favila fue omne liviano de seso, et amava mucho la caça mas que non devíe: et corriendo un día mont, ffallose con un osso et defendió a todos los suyos que ge lo desassen; et ell atreviendosse en su fuerça fue lidiar con ell un por otro, et fue assi por su mala ventura quel mato el osso". Hay en esta interpretación del suceso una clara censura a la "imprudencia" del rey y a su poco juicio -liviano de seso- se le llama por amar la caza más de lo que debía.



Pero aún se puede apurar más en el significado real de este accidente de caza. Porque tuvo que ser, con toda probabilidad, una cacería lo que llevó a Fávila a ese encuentro singular con un oso, rechazando la ayuda de sus acompañantes
 
Fávila, al contrario, falló en una prueba en la que debía acreditar su valor ante sus súbditos, ya que él había accedido al trono no por méritos propios sino por herencia de su padre, Pelayo, que bien había demostrado en varias batallas su valor y liderazgo.



Su debilidad, sentido que creemos tiene en ese contexto la expresión "leuitate2, le costó la vida. Debilidad de mal guerrero o mal varón, como lo califican los siguientes versos del Poema de Fernán González, que aclaran el significado que el término tenía, probablemente, para sus contemporáneos.




"Finó el rey Pelayo, Cristo le aya perdon


reigno su fijo Vavila, que fue muy mal varon.


quiso Dios que mandasse poco la su region,


ca visco rey un año e mas poca sazon".

Por la inscripción de la Santa Cruz se sabe que Fávila tenía hijos, posiblemente entonces de corta edad, a los que la muerte poco honrosa de su padre imposibilitó el posterior acceso al trono.



La tradición señala un lugar en el monte, cerca de Llueves, a unos dos kilómetros de Cangas de Onís, como el escenario donde tuvo lugar el encuentro de Fávila con el oso. Parece ser que en este lugar había una cruz de madera, desde siempre, recordando el dramático suceso. En 1857, los duques de Montpensier, durante su viaje a Covadonga, mandaron grabar en la peña, a sus espensas, una cruz con esta inscripción alusiva:


Un oso mato al rey Favila AN D 739

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