Septiembre 1929
Para celebrar la festividad de la Virgen de las Batallas se trasladaron a Covadonga las autoridades y las representaciones de los municipios de Oviedo, Gijón y Cangas de Onis.
Por la mañana hubo misa, oficiando el obispo de Almería, que es asturiano.
En el sermón que dijo el magistral de la Colegiata, don Samuel Miranda, abogó porque sea declarado el 8 de septiembre fiesta nacional.
Presidió el coro el obispo de Oviedo.
Desde la Catedral se dirigió la procesión hasta la Cueva Santa, dando la escolta una compañía del regimiento del Príncipe con bandera y música.
Rindió a la Virgen honores de capitán general-
—En el hotel Pelayo se reunieron a almorzar las autoridades, presididas por el obispo de Almería.
Al final hizo uso de la palabra el marqués de Villaviciosa, manifestando que cuanto él haga por la santa, tendrá decidido apoyo del Rey, quien tiene demostrado su cariño por Covadonga.
Refiere el orador que cuando el Monarca vino por primera vez a Covadonga, cogiéndole por el brazo de la dijo: «Ya que te vas a los Estados Unidos estudia los parques para establecer aquí uno nacional». Como luego se hizo.
Habló luego el presidente de la Diputación, quien prometió apoyar la petición del cabildo de declarar fiesta nacional el día de la Virgen de Covadonga, haciendo suya y de la provincia la loable petición.
En el mismo sentido se expresó el gobernador civil, quien más tarde hizo entrega al abad del bastón de mando del último alcalde que la Habana tuvo al terminar nuestra soberanía en aquella isla, el cual era asturiano y se llamaba Miguel Díaz Alvarez.
Dicho alcalde, al fallecer, dejó ordenado en su testamento que su bastón de alcalde fuese ofrendado a la Virgen de Covandonga.
Se cambiaron con dicho motivo sentidas frases entre el gobernador y el abad, quien dijo que Cuba sigue siendo española en espíritu, puesto que nos une a ella el idioma y la espiritualidad.
Por la tarde se celebró una enorme romería en Covadonga y Cangas de Onis.
En Oviedo se celebraron tambión diversos actos organizados por el cuerpo de carabineros para festejar el día de su patrona.
Por la mañana hubo misa, oficiando el obispo de Almería, que es asturiano.
En el sermón que dijo el magistral de la Colegiata, don Samuel Miranda, abogó porque sea declarado el 8 de septiembre fiesta nacional.
Presidió el coro el obispo de Oviedo.
Desde la Catedral se dirigió la procesión hasta la Cueva Santa, dando la escolta una compañía del regimiento del Príncipe con bandera y música.
Rindió a la Virgen honores de capitán general-
—En el hotel Pelayo se reunieron a almorzar las autoridades, presididas por el obispo de Almería.
Al final hizo uso de la palabra el marqués de Villaviciosa, manifestando que cuanto él haga por la santa, tendrá decidido apoyo del Rey, quien tiene demostrado su cariño por Covadonga.
Refiere el orador que cuando el Monarca vino por primera vez a Covadonga, cogiéndole por el brazo de la dijo: «Ya que te vas a los Estados Unidos estudia los parques para establecer aquí uno nacional». Como luego se hizo.
Habló luego el presidente de la Diputación, quien prometió apoyar la petición del cabildo de declarar fiesta nacional el día de la Virgen de Covadonga, haciendo suya y de la provincia la loable petición.
En el mismo sentido se expresó el gobernador civil, quien más tarde hizo entrega al abad del bastón de mando del último alcalde que la Habana tuvo al terminar nuestra soberanía en aquella isla, el cual era asturiano y se llamaba Miguel Díaz Alvarez.
Dicho alcalde, al fallecer, dejó ordenado en su testamento que su bastón de alcalde fuese ofrendado a la Virgen de Covandonga.
Se cambiaron con dicho motivo sentidas frases entre el gobernador y el abad, quien dijo que Cuba sigue siendo española en espíritu, puesto que nos une a ella el idioma y la espiritualidad.
Por la tarde se celebró una enorme romería en Covadonga y Cangas de Onis.
En Oviedo se celebraron tambión diversos actos organizados por el cuerpo de carabineros para festejar el día de su patrona.
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