Cangas del Onís,
J. M. CARBAJAL LNE
El puente «romano» de Cangas de Onís, el «puentón» cangués, es una de las postales de Asturias. Y ahora es una postal que, además, suena a gloria. La maestría desplegada por el gaitero Serxu Luaces despierta el interés de los numerosos visitantes que se acercan a conocer uno de los grandes emblemas de la capital del viejo Reino de Asturias.
La iniciativa del joven instrumentalista del núcleo rural de Collía (Parres) parece haber calado, hasta convertirse en un clásico de la época veraniega en tan singular punto de la comarca del Oriente. Únicamente la climatología, en el supuesto de no acompañar, puede echar por tierra ese llamativo y agradable «hilo musical tradicional» que sale de la gaita de Serxu y que, al mismo tiempo, deleita a cuantos escuchan esa música autóctona.
El año pasado se trataba de extender una experiencia musical en tan destacado paraje del concejo, una iniciativa que se había puesto en marcha en fechas concretas como la Semana Santa, pero ahora el sonido de la gaita ya está plenamente consolidado como banda sonora del verano en el «puentón» de Cangas de Onís. La habitual presencia del gaiteru de Collía en lo más alto del también conocido por «puente vieyu» no le es extraña a casi nadie.
Luciendo el vistoso atuendo asturiano -el «traxe del país», que diría Valledor-, Serxu Luaces suele atender con absoluta cordialidad los requerimientos de los propios turistas para inmortalizar en sus cámaras el momento junto a un gaitero asturiano y en lo alto del puente.
Pero la presencia de Serxu Luaces no es la única atracción de uno de los puentes más fotografiados de Asturias. También se mantiene la tradición de algunos jóvenes de tirarse desde lo más alto del «puentón» a las aguas del río Sella a su paso por la ciudad canguesa. Más de veinte metros separan la «cumbre» del archipopular monumento nacional de las cristalinas aguas selleras. Una costumbre, para los más atrevidos, que ha pasado de generación en generación
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