viernes, 17 de abril de 2009

TERRITORIO NOMADA




Desde hace unos pocos días, nuestra comarca cuenta con una nueva actividad turística, donde nuestros visitantes podrán disfrutar de un importante espacio de ocio.

Nuestra antigua compañera Begoña ha sido la impulsora de esta actividad, desde aquí le deseamos que tenga muchisima suerte en esta nueva e innovadora andadura.






LNE.



Hasta la localidad piloñesa de Cereceda han llegado la cultura y forma de vida de la lejana Mongolia, a través de la recreación de un poblado nómada de la que es responsable Begoña Montilla. Esta joven es una enamorada y gran conocedora del país asiático, en el que vivió, y le cautivó. «Soy una persona que ha viajado mucho y, para mí, Mongolia fue única. Me impactó su forma de vida y la primera vez que vi un poblado nómada me emocioné. Dije que quería vivir así». Años más tarde lo consiguió.

Para ello, esta secretaria de dirección decidió dejar su trabajo y alejarse de los suyos para hacer realidad su sueño, que no era otro que «vivir en mi sociedad, en mi cultura y reproducir aquello», asegura. Lo ha conseguido porque no sólo vive como aquellas gentes, sino que lo ha convertido en su forma de vida. Begoña Montilla indica que regala «placer y felicidad» a quienes la visitan.

Montilla ha recalado en la localidad piloñesa de Cereceda después de su estancia en la Cerdaña, en plenos Pirineos catalanes. Llegó a Asturias buscando «un lugar tan bonito como aquél» y lo encontró. Tiene previsto que su asentamiento nómada se quede en Piloña durante un año y así compartir su experiencia sobre Mongolia.

El suyo es un proyecto itinerante, que se define como «territorio nómada». Esta exposición consta de 24 «guers» (alojamientos tradicionales de estos pueblos) y 200 objetos étnicos. Begoña Montilla se inclina por definirlo como «un salón de té, visita activa». Afirma que «se trata de vivir un documental y participar en él».

Durante la visita, se descubre la cultura de los mongoles a través de los paneles explicativos y las recreaciones de cada «guer». Cada persona decide hasta dónde quiere profundizar en las costumbres y tradiciones de este pueblo. Se trata de conocer en primera persona una casa, un templo budista, un despacho o un dormitorio. Se invita a realizar un ritual budista en un altar para lograr buena suerte, a participar en un taller o crear un juguete mongol de forma sencilla. Además, los visitantes podrán departir en el salón de té y degustar las bebidas tradicionales del país en un ambiente relajado. Aún está pendiente de abrir una tienda de recuerdos llegados de aquel país.

Un grupo de ingleses afincados en Piloña visitaba durante el fin de semana este territorio nómada. todos aseguraban marcharse encantados. Begoña Montilla indica que la idea es «pasar una tarde mágica en un paraíso natural. Quisiera dar a conocer la experiencia que a mí me cautivó». Ahora ella quiere cautivar a su vez a los piloñeses con su poblado nómada. En definitiva, es un viaje hacia el centro de Mongolia, pero sin moverse de Piloña.





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