sábado, 25 de octubre de 2008

Cruz de la Victoria, cruz viajera

El símbolo religioso y emblema de Asturias se sacará por primera vez de Oviedo, entre fuertes medidas de seguridad, para ir a Covadonga


J. MORÁN
El año santo diocesano será también para la Cruz de la Victoria el de su primer y único viaje largo, fuera de la catedral de Oviedo, con destino a Covadonga, adonde será conducida el próximo sábado, día 25, abrigada por escolta y medidas de seguridad, y mediante un solemne protocolo. Será «un gesto histórico», afirma el abad de Covadonga, Juan José Tuñón.

La Cruz de la Victoria, con su alma de madera que, aunque restaurada, es vinculada por la tradición a Pelayo y a la batalla de Covadonga -trece siglo atrás-, volverá por primera vez junto a la Santina para permanecer allí durante unas horas, con motivo de la consagración de Asturias a la Virgen, que el arzobispo Carlos Osoro celebrará en la basílica y en la santa cueva a partir de las doce del mediodía.

En la mañana del sábado 25, la Cruz de la Victoria, emblema del Principado, será introducida en su estuche y en un embalaje adecuado para que un transporte especial la conduzca a Covadonga, con escolta de fuerzas de seguridad enviadas por la Delegación del Gobierno, según explicó a LA NUEVA ESPAÑA el vicario general del Arzobispado, Juan Antonio Menéndez.

Una vez en el real sitio, la Cruz será cedida de cabildo a cabildo: el deán de la catedral de Oviedo, Ángel Pandavenes, la entregará al abad de Covadonga, Juan José Tuñón Escalada. El hecho quedará recogido en un acta documental que dejará constancia de esta única y especial presencia de la Cruz en la cuna de Asturias.

La Cruz de la Victoria será colocada en el altar de la basílica, donde se celebrará la misa previa a la consagración. Tras la eucaristía, el arzobispo Osoro llevará en procesión la Cruz hasta la santa cueva, donde, a continuación, rezará la oración consagratoria. El emblema volverá a la catedral de Oviedo en la tarde del mismo sábado.

A este primer viaje de la Cruz de la Victoria fuera de la Cámara Santa sólo le ha precedido en toda la historia un periplo mucho más breve: el de 1942, en procesión desde la vecina plaza de Porlier hasta la Catedral, después de la restauración a la que fue sometida tras los destrozos de octubre de 1934 y del cerco de Oviedo, en 1936. En aquel acto de 1942, la Cruz fue llevada por el jefe del Estado, Francisco Franco.

«Una vez restaurada, se procedió a su entronización en la Cámara Santa, que recuperó el culto», explica Agustín Hevia Ballina, canónigo y archivero de la Catedral, quien agrega que «desde el momento de su donación por Alfonso III, en el año 908, no existe constancia de que la Cruz haya salido de su recinto ovetense».

Sí existe otro viaje, pero verdaderamente forzado: el de su robo, el día 9 de agosto de 1977, junto con la Cruz de los Ángeles y la Caja de las Ágatas.

Fuera de todo ello, tradición y crónicas antiguas hablan de los primeros viajes de la Cruz, posible pieza de madera utilizada por Pelayo, cuyo hijo, Favila, llevó después a Cangas de Onís, capital del reino, a una iglesia dedicada a la Vera Cruz (737). Setenta años después, Alfonso III mandó cubrirla de oro y piedras preciosas antes de donarla al templo de San Salvador de Oviedo.

Para el próximo sábado 25, el patronato de Covadonga ha sido convocado a las once de la mañana en el real sitio. La coincidencia de la consagración con la entrega de la distinción del «Pueblo ejemplar» a Torazo (Cabranes) -dentro de los actos de los premios «Príncipe»- podría restar presencia de autoridades civiles. No obstante, «la consagración es un acto eclesial», indica Juan José Tuñón, «en sintonía con el año santo y con la celebración del sínodo diocesano». El propio Tuñón, junto a la comisión diocesana de patrimonio, que preside, ha realizado las «indicaciones oportunas sobre la protección que merece la joya para este viaje». Todo ello ha sido comunicado en reuniones con la Delegación del Gobierno.

Respecto a la Cruz de la Victoria y Covadonga, Tuñón señala que «no hay constancia de que, como tal joya alfonsina, haya estado aquí en alguna ocasión anterior». De la donación de la Cruz de la Victoria a la Iglesia se cumplen ahora los 1.100 años, al igual que los 1.200 años de la de los Ángeles. Ello es el motivo del presente año santo diocesano y de los actos de «Oviedo, doce siglos». El viaje de la Cruz a Covadonga «es una fecha notable, histórica, que vamos a vivir con intensidad», concluye Tuñón.


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