domingo, 27 de abril de 2008

Los ganaderos de Picos de Europa reclaman un mayor control de las poblaciones de jabalíes

Los cerdos salvajes han estropeado gran parte de los pocos pastos que hay en las montañas de Covadonga Ayer comenzaron a subir las 5.000 reses que pastarán en el entorno

26.04.08 -
IKER CORTÉS El Comercio.


A la falta de relevo generacional que hace descender paulatinamente el número de reses en las montañas de Covadonga -este año pastarán en ellas unas 5.000, un centenar menos que el año pasado-, se une ahora el destrozo de los pastos causado por las poblaciones de jabalíes. Los ganaderos de Picos de Europa lo tienen claro. Lo que ayer iba a ser una fiesta por todo lo alto, la subida de la cabaña ganadera a este enclave paradisíaco, tuvo mucho de regusto amargo y sirvió para constatar los problemas que vienen acompañando al cuidado y explotación del ganado vacuno. Y no es que haya menos cabezas que otros años, lo que sucede es que sí suben menos «porque entre que los pastos están muy mal y los daños que causa el jabalí, algunos ganaderos prefieren aguantar un poco más antes de subirlas y, de momento, sólo traen las reses que no tienen cría y las conflictivas para quitárselas de en medio», explica Ángel Labra, uno de los afectados que llega desde Oceña.

Es algo en lo que ayer coincidían todos los profesionales del sector, que solicitaban medidas a la Administración para controlar las poblaciones de jabalíes. Aunque algunos, como José Miguel Concha, que viene de Labra, se encuentran ya algo desanimados. «Llevamos tanto tiempo lamentándonos que vale más no decir nada», apuntaba en las inmediaciones del l ago Enol. No cabe duda de que la escasez de lluvias y nieve han hecho mella en el crecimiento de los pastos y «si encima el 50% están estropeados por los jabalíes que les dan la vuelta, apaga y vámonos», dice.

Más contundente se muestra José Manuel Huerta. Sube desde Igena y afirma con rotundidad que «por supuesto, se deberían cazar más jabalíes», aunque es consciente de que «son muy difíciles de controlar. Qué le vamos a hacer», se cuestiona quien también se quejaba ayer de los escasos pastos en la zona y de la presencia de muchos matorrales. Por allí pasaba, minutos antes, el joven Andrés Sanchez, y no dejaba lugar a dudas: «Estaría bien que mataran a todos los jabalíes», comenta en la Cuesta de la Güesera mientras se enciende un pito.

¿Lobos?

Por si fuera poco, un asunto mantuvo en vilo a los ganaderos durante toda la jornada. Un pastor aseguraba haber visto anteayer un par de lobos por la Cuesta de la Güesera. Y si eso es verdad, no hay otra opción que la de «matarlos», afirma Ángel Labra, porque no hay sitio para los dos: porque «Esto es una guerra, como el tema de los judíos y los palestinos, que son totalmente incompatibles. O acabas con los pastores o acabas con los lobos». Y pone un ejemplo: «No es normal que tengas un rebaño de ovejas y que por la noche un lobo te pueda matar las treinta». Por otra parte, las compensaciones económicas llegan «tarde, mal y nunca» y «tampoco es comparable el dinero que te pueden dar» con la cría de un animal.

Además, «nosotros no queremos vivir de lo que nos paguen sino de lo que trabajamos», asegura Labra. Su hermano, José Benito Labra, comenta con ironía que «antes para ver un lobo yo tenía que ir al zoológico» y sospecha que alguien los ha introducido en las montañas de Covadonga

«Lo destruyen todo»

Los dos hermanos también se quejan del programa de protección y conservación para los Picos de Europa. En su opinión, «no están conservando absolutamente nada», más bien, «están destruyéndolo todo». Y es que, «si tu quieres conservar una casa tienes que retejar y hacer obras, si pretendes conservarlo como está, el paso del tiempo se irá notando hasta que se caiga».

Por eso no entienden que «con la excusa de conservarlo tal y como está ahora», no puedan empezar a desbrozar. «Así, sí que podríamos tener el Parque Nacional de los Picos de Europa como estaba hace ochenta años, pero no nos dejan», se lamentan

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