jueves, 3 de enero de 2008

Los veinte veranos de Incatur

La Asociación de Empresarios de la comarca de los Picos de Europa cumple dos décadas. Ramón Hevia, uno de sus impulsores, habla sobre los inicios
02.01.08 -
IKER CORTÉS


Incatur, la Asociación de Empresarios de la Comarca Asturiana de los Picos de Europa, está de aniversario. Se cumplen veinte años desde su fundación, en 1988. Dos décadas en las que la asociación ha ido creciendo paulatinamente con el esfuerzo de todos los socios y siempre con dos objetivos básicos en mente: potenciar el turismo en la comarca de los Picos de Europa y defender los intereses de los comerciantes y hosteleros de la zona. Un aniversario que llega tras una crisis en el seno de la organización y la reciente elección de Jaime García como nuevo presidente de la misma.

Los comienzos «tampoco fueron fáciles». Lo dice quien fuera presidente de la asociación durante varios años, Ramón Hevia, que tomó las riendas de la organización en 1990: «Dejé la enseñanza en el 89 para ocuparme de un establecimiento que tenían mis padres en Cangas de Onís». Al llegar a la población se encontró con la ausencia «total» de promoción turística. No había ni rastro de los folletos que a día de hoy, por ejemplo, llenan las tiendas del municipio. «La información de cara al turismo sobre los Lagos, el puente romano o la capilla de la Santa Cruz era nula», explica.

Todo ello, aún a pesar de que Incatur ya existía. De hecho, había arrancado dos años antes, en el 88 y con dieciséis socios, «pero estaba dormida, prácticamente abandonada y ya no funcionaba», añade Hevia. Ni corto ni perezoso, escribió a máquina una hoja que luego repartió por todos los establecimientos de la comarca. En ella, hacía una llamada a los comerciantes y hosteleros de la zona para reunirse en el ayuntamiento, algo que finalmente suceddió en noviembre de 1990. «Propuse que nos debíamos asociar y organizar para defender nuestros negocios». Y así fue. En mayo del 91 retomaban Incatur, con el apoyo de Maria Teresa Milla, José Manuel Martínez y, «sorprendentemente», 165 socios.

Motores en marcha

Ramón Hevia aún recuerda el primer folleto que distribuyeron por la región. «Describía una ruta por la comarca de los Picos de Europa, resaltando los lugares más importantes como los Lagos, la ruta del Cares o la Capilla de la Cruz». Otro, encargado a Fran Berán, disponía sobre un plano del concejo los distintos establecimientos asociados a Incatur.

Eran tiempos difíciles. «No había subvenciones de ningún tipo», apunta Hevia, y la asociación tuvo que ingeniárselas para autofinanciarse. Algunos de los primeros ingresos llegaron con la sidra: «Compramos un camión y estuches de Sidra de dos botellas y un vaso». Su venta en fiestas de prau y celebraciones varias como la que organizaba el club de piragüistas daban unos buenos dividendos. Tanto es así que en algún año, la asociación cerró con un superávit de ochocientas mil pesetas.

También llegaría en esta etapa la celebración de los carnavales en Cangas de Onís, inexistentes hasta entonces, y una fiesta que aún perdura estos días, la entrega de premios de Incatur posterior al verano para festejar los buenos resultados. «Suministraban los productos los propios hosteleros», asegura Hevia, «y se entregaban premios a las personas que más habían hecho por el turismo ese año». Claro que en aquellos primeros años era una cita menos solemne, «había hasta baile y todo», dice. En el 95 recibían el primero de los premios, el de Asociación Ejemplar del Principado.

Desde entonces el prestigio de Incatur no ha hecho más que subir. Con más de trescientos socios, la asociacion se ha ido abriendo a otros concejos y los progresos son indudables: «Creo que hemos conseguido lo que se pretendía», explica Hevia. Aún así, a su juicio, queda una reclamación pendiente: «El tren cremallera de Covadonga a los lagos». Hevia defiende esa opción porque «posibilitaría que en invierno se pudiera hacer la travesía y así el 40% de los hosteleros podrían abrir sus negocios en esta época del año».

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