martes, 4 de septiembre de 2007

El Plan de Transporte a los Lagos finalizó con un día de pocos turistas



MIGUEL ROJO
El mal tiempo y la escasez de usuarios marcan el fin de la ordenación con autobuses de ALSA


Una temporada atípica. Ayer fue la última de las jornadas en las que funcionaba este verano el Plan de Transporte a los Lagos de Covadonga. Y acabó más o menos como empezó, allá a principios de julio, sin aglomeraciones, sin apenas quejas y con mucha menos polémica que en años precedentes. Y con un día triste y gris, que parecía resumir las condiciones climatológicas que se dieron a lo largo de todo el verano y que, según los hosteleros de la zona, es una de las causas de que, este año, la afluencia de turistas al principal enclave de los Picos de Europa haya sido escasa.


Pocos eran los que utilizaban ayer el transporte público. Poco ambiente en los Lagos y autobuses mediados en las horas centrales del día. Cierto es que muchos ya han abandonado Asturias, de regreso a sus lugares de origen, pero también lo es que la tónica general a lo largo de estos tres meses ha sido, salvo en casos puntuales, la misma.


Además, el plan parece haberse consolidado y el funcionamiento del mismo ha dado mucho menos que hablar que en ocasiones anteriores. En general, los usuarios están satisfechos con el funcionamiento del mismo, aunque siempre ponen alguna pega. «En un primer momento me dijeron que podía subir a mi perro Moe en el autobús, pero después el conductor me dijo que debía meterlo en una jaula y llevarlo en el maletero», se quejaba Ziortza, una turista vasca que viajaba acompañada por Iñaki, Aurora e Ibai. «El resto todo muy bien», resumían.

Ellos fueron de los aproximadamente un centenar de conductores que dejaron sus coches en el aparcamiento de El Repelao, el último en el que se venden billetes para el autobús, poco antes de llegar a Covadonga.


Tráfico en Covadonga


Los aparcamientos anteriores, apenas tenían vehículos en sus instalaciones. Otra cosa era en Covadonga, donde puntualmente se cerraba el paso a los vehículos al estar completos los dos aparcamientos superiores, el de la explanada de la Basílica y el de detrás de la Escolanía.

Otros de los últimos que usaron ayer el transporte para subir a los Lagos fueron Alexis y Laura, de Alcalá de Henares, en Madrid. Para ellos, el sistema es «ideal». De hecho, creen que el acceso debería estar prohibido «a todos los vehículos». No les gustó demasiado encontrarse a la veintena de coches que habían subido antes de las diez de la mañana -horario en el que comienza el sistema de autobuses- aparcados en La Tiese, junto al lago Ercina. «El sistema es muy cómodo y te permite ver el paisaje», explicaban. Hoy mañana viene la caravana de la vuelta y, a partir del miércoles, todo volverá a la normalidad hasta Semana Santa, cuando vuelva a funcionar el plan.





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