domingo, 27 de mayo de 2007

Luis y los vinos Rosados



Cada vez que me voy de alterne , es decir de comida o cenorra , si voy solo no tengo problema si quiero vino casi siempre pido Rosado , sino blanco , coma lo que coma, me da igual, si voy acompañado ya tengo que empezar a dar razones , de porque se puede tomar un blanco o un rosado con casi todo , teniendo en cuenta que existen blancos jóvenes , secos , semi secos afrutados , muy afrutados , de barrica , todo esto igual que los tintos, Y casi siempre me salgo con la mía, mi hermano siempre me dice , "contigo es el único que se puede tomar un rosado para comer" .




El otro día me encontré un articulo que me hizo mucha gracia en la ultima revista de "mi Vino".
Lo transcribo literalmente

Recuerdo, no hace tanto, un restaurante con pretensiones, o pretencioso, donde los cubiertos de diseño (esos de imposible acomodo) o los manteles de rico hilo intentaban disimular una mediocre oferta gastronómica y una carta de vinos plagada de errores y cadáveres enológicos. Después de rebuscar línea por línea entre el caos, me encontré sorprendentemente con un rosado de este año, conocido, fiable, de gratos aromas y bastante cuerpo, justo el que habría de salvar mi mala decisión. Y cuando se le demandó al mâitre/propietario/sumiller, su cara se contrajo hasta componer en una mueca distintos mensajes a la vez. El mensaje que me tachaba de indocumentado insolente, el que advertía que estaba delante de un cliente pobretón, o el que me acusaba de cutre y tacaño. Como no se podía esperar otra cosa, afirmó que esa comida iba a quedar huérfana de vino, porque ese “rosadito no vale más que para acompañar chuletas y ensaladas”, y que él nos recomendaba a cambio uno de sus cadáveres selectos. Todavía hay ejemplos así que prefieren fraudes tintos que vinos armoniosos y frescos solo por tener ese color rosado. Y tal como ocurría el siglo pasado, a este vino desprestigiado, descalificado, la mayoría de las veces con razón, todavía hay algo que le impide entrar a formar parte de la familia de un buen aficionado. Y sin embargo, hoy no tiene razón de ser semejante desconfianza porque entre las muchas comarcas donde se elaboran rosados podemos disfrutar de vinos realmente buenos.


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