Esta noticia que me he encontrado en la red , corresponde al mediterraneo pero podria aplicarse a cualquier otra parte de España , saquen conclusiones
Faltan camareros y cocineros. Y el problema es que se necesitan muchos. El rechazo de los trabajadores nacionales a cubrir estos puestos de trabajo ha obligado a los empresarios del sector turístico provincial a buscar mano de obra en el extranjero, en concreto, en cinco países. Durante los próximos dos meses llegarán cerca de 600 trabajadores de Rumanía, Polonia, Ecuador, Colombia y Marruecos. Lo peor es que, después de los trámites y de varios meses de espera, esas 600 personas apenas servirán para cubrir parte de la demanda.
La escasez de camareros y cocineros no es nueva, aunque sí es cierto que es una bola que cada año se va haciendo más grande. "Es uno de los grandes problemas que tienen los empresarios turísticos de Castellón y, de momento, no hay solución", asegura Eduardo Ferreres, presidente de la Federación de Turismo.
Martín Crespo es el propietario de la marisquería Muramar de Peñíscola. Y, como el resto de empresarios, ya tiene el miedo metido en el cuerpo. "Muchos estamos desesperados y la Administración, me da igual que sea la del PP o la del PSOE, solo hace que ponernos zancadillas. Los empresarios lo único que queremos es trabajar honradamente y dar el servicio que el turista merece", argumenta. Crespo está más que acostumbrado a contratar personal, formarle y que, al cabo de dos semanas, abandone el trabajo. "Hay un gravísimo problema de formalidad", dice.
A OTROS SECTORES Pero, ¿por qué ese rechazo a trabajar como camarero o cocinero? "Se trata de un sector muy peculiar, ya que cuando más se trabaja es durante los fines de semana y el periodo vacacional. Y eso, muchas veces, no es valorado desde el punto de vista económico", apunta Rafael Sanz, secretario general de la Federación de trabajadores del comercio y la hostelería del sindicato UGT.
Según el último convenio, el salario base de un camarero y un cocinero es de 858,75 euros al mes para una jornada de 40 horas semanales. "Hay que volver a darle prestigio a la profesión y buscar alguna compensación al hecho de tener que trabajar los fines de semana, bien sea con sueldos más altos o con más días de descanso", explica Sanz.
En lo que coinciden todas las voces consultadas es que muchos de los trabajadores tradicionales de la hostelería han abandonado el sector por la cerámica, donde se gana más o menos lo mismo y no se suele trabajar durante los fines de semana.
Otro ejemplo que ahonda en la escasez de mano de obra se encuentra es la Escuela de Hostelería de Castellón, que cada año forma a poco más de 300 alumnos --muchos proceden de otros provincias del país e incluso del extranjero--. "Es una cifra claramente insuficiente para cubir toda la demanda", señala su director, Manuel Martín-Lorente. "Frecuentemente me llaman empresarios pidiéndome ayuda y, lamentablemente, no hay estudiantes suficientes", apostilla.
Agotada la vía de encontrar mano de obra en Castellón o en otras provincias del país, a las dos asociaciones empresariales de Castellón no les queda más remedio que buscar fuera de las fronteras nacionales.
La Asociación Provincial de Empresarios de la Hostelería (Ashotur) ya ha iniciado los trámites para contratar en origen a 93 camareros y cocineros rumanos y polacos. A esta cifra se une la petición de medio millar de trabajadores de Ecuador, Colombia, Rumanía y Marruecos, que ya ha formulado la Federación de Turismo.
La escasez de camareros y cocineros no es nueva, aunque sí es cierto que es una bola que cada año se va haciendo más grande. "Es uno de los grandes problemas que tienen los empresarios turísticos de Castellón y, de momento, no hay solución", asegura Eduardo Ferreres, presidente de la Federación de Turismo.
Martín Crespo es el propietario de la marisquería Muramar de Peñíscola. Y, como el resto de empresarios, ya tiene el miedo metido en el cuerpo. "Muchos estamos desesperados y la Administración, me da igual que sea la del PP o la del PSOE, solo hace que ponernos zancadillas. Los empresarios lo único que queremos es trabajar honradamente y dar el servicio que el turista merece", argumenta. Crespo está más que acostumbrado a contratar personal, formarle y que, al cabo de dos semanas, abandone el trabajo. "Hay un gravísimo problema de formalidad", dice.
A OTROS SECTORES Pero, ¿por qué ese rechazo a trabajar como camarero o cocinero? "Se trata de un sector muy peculiar, ya que cuando más se trabaja es durante los fines de semana y el periodo vacacional. Y eso, muchas veces, no es valorado desde el punto de vista económico", apunta Rafael Sanz, secretario general de la Federación de trabajadores del comercio y la hostelería del sindicato UGT.
Según el último convenio, el salario base de un camarero y un cocinero es de 858,75 euros al mes para una jornada de 40 horas semanales. "Hay que volver a darle prestigio a la profesión y buscar alguna compensación al hecho de tener que trabajar los fines de semana, bien sea con sueldos más altos o con más días de descanso", explica Sanz.
En lo que coinciden todas las voces consultadas es que muchos de los trabajadores tradicionales de la hostelería han abandonado el sector por la cerámica, donde se gana más o menos lo mismo y no se suele trabajar durante los fines de semana.
Otro ejemplo que ahonda en la escasez de mano de obra se encuentra es la Escuela de Hostelería de Castellón, que cada año forma a poco más de 300 alumnos --muchos proceden de otros provincias del país e incluso del extranjero--. "Es una cifra claramente insuficiente para cubir toda la demanda", señala su director, Manuel Martín-Lorente. "Frecuentemente me llaman empresarios pidiéndome ayuda y, lamentablemente, no hay estudiantes suficientes", apostilla.
Agotada la vía de encontrar mano de obra en Castellón o en otras provincias del país, a las dos asociaciones empresariales de Castellón no les queda más remedio que buscar fuera de las fronteras nacionales.
La Asociación Provincial de Empresarios de la Hostelería (Ashotur) ya ha iniciado los trámites para contratar en origen a 93 camareros y cocineros rumanos y polacos. A esta cifra se une la petición de medio millar de trabajadores de Ecuador, Colombia, Rumanía y Marruecos, que ya ha formulado la Federación de Turismo.
FUENTE EL PERIODICO MEDITERRANEO.COM
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