La mañana del Miercoles, lluviosa, fría y envuelta en espesa niebla, marcaba el inicio de la subida del ganado a los pastizales de la Montaña de Covadonga. Como cada 25 de abril, se esperaba un importante contingente de vacas y xatos en dirección a Los Lagos, pero de los 238 ganaderos con derecho a desplazarse por el mítico paraje, sólo unos pocos cumplieron con la tradición. Otros, también escasos, cambiaron el vistoso trayecto a pie por el cómodo viaje de las vacas casinas en el interior de pequeños camiones.
El Consejo de Pastores había anunciado días atrás que 6.183 reses tenían derecho a subir a los pastos y lo cierto es que ayer apenas habrán acudido trescientos ejemplares. La primera peada que dio vista al lago Enol era propiedad de Ángel Labra, ganadero de la localidad canguesa de Beceña, quien desplazó doce novillas. Las vacas tardaron cuatro horas en cubrir el trayecto y venían conducidas por Andrés Sánchez, un pastor de 17 años que orientó el ganado hacia la vega de la Cueva, bordeando las tranquilas aguas del Enol.
Lo que sí aseguraron los escasos ganaderos que ayer acudieron a perpetuar la tradición, es que para el mes de mayo la casi totalidad de las vacas ya habrá abandonado las aldeas en dirección a la Montaña de Covadonga. Y para primeros de junio está prevista la llegada de 720 ovejas, 518 cabras, 176 caballos y 75 potros y seis cerdos, a tenor del padrón municipal de pastos.
Fuente ; El Comercio
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