02 enero 1931
Una nueva modalidad de confort
El patronato Nacional de Turismo, ha venido a realizar una importante mejora en
beneficio del turista. Aparte de sus oficinas de información gratuita que tiene en las principales poblaciones
de España, ha querido dotar al turista de algo más que le proporcione el máximo de comodidades:
Los albergues de carretera Unos pequeños oasis—alojamiento, restaurante, teléfono, taller mecánico, combustible, lubricantes; además de poder disponer de un servicio especial para su información turística.
Los albergues de carretera del Patronato Nacional de Turismo han de constituir una nueva modalidad de alojamiento no existente aún en ningún país del mundo. Serán como un coche-cama y un vagón-restaurante
emplazados en lugares estratégicos de las principales carreteras donde encontrará el automovilista todo lo que pueda desear.
Actualmente están en construcción doce albergues que obedecen al proyecto de los señores
Arniches y Domínguez, elegido en concurso— bella muestra de la arquitectura actual.
Casi siempre unirán a su confort, toda la belleza de la naturaleza, rodeados de bosques pintorescos y nutridos de aire puro; libres de los ruidos de la ciudad.
Los lugares elegidos están en: Aranda (carretera Madrid-Burgos), Almázán (Madrid-Soria), Medinaceli (Madrid-Zaragoza), Triste (Zaragoza-Francia), Quintanar (Madrid-Albacete), Manzanares (Madrid-
Córdoba), Antequera (Madrid-Málaga), Benicarló (Valencia-Barcelona), Lorca (Murcia-P. Lumbreras), La Baeza (Madrid-Coraña), P. de Sanabria (Madrid-Vigo), y Medinaceli (Madrid-Zaragoza).
La inauguración será en el próximo otoño. Con ello el Patronato Nacional de Turismo ha tenido su más grande y genial idea, pues si España no supera a otras naciones en su exportación, bien merece tener una
reputación establecida como país de arte, igual que Italia y otras naciones, que sea para ella una fuente de ingresos, aunque debido al acierto de haber instituido buenas oficinas de turismo cuya eficiente colaboración ha colaborado para aumentar el número de visitantes que desfilan por España.
Es, pues, digna de encomio esta nueva forma de albergues que suprimen largas distancias, noches de pesado viaje y el perjudicial recurso de tener que recurrir a pernoctar en pequeños pueblos que muchas veces carecen de hotel adecuado para hacer un alto en el camino y proporcionar la comodidad que necesita el automovilista.
RAMÓN R. GRAHIT
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