Septiembre 1980
La basílica de Covadonga fue el primer lugar adonde se dirigieron los Reyes de España y el príncipe Felipe. Allí aguardaban su llegada los senadores y diputados asturianos, así como los miembros del Consejo Regional, alcaldes, concejales y miembros de la fundación Principado de Asturias, así como el arzobispo de Oviedo. Tras las salutaciones, el Rey pasó revista a una compañía de operaciones especiales y a la banda del Regimiento del Príncipe. Las autoridades locales hicieron entrega al rey Juan Carlos de la vara de la ciudad y a continuación los Reyes y su hijo, ‘el príncipe Felipe, visitaron la Santa Cueva de la basílica de Covadonga y oraron unos minutos ante la «Santina» A. continuación ,el príncipe descubrió una inscripción conmemorativa de su visita y, acompañado de sus padres, visitó la basílica, donde se efectuó una plegaria. A la salida, los Reyes y el príncipe presenciaron una actuación folklórica asturiana. Se hallaban presentes unas 2.000 personas, entre las que se encontraba una representación de los mineros asturianos y otra de los piragüistas.
Con posterioridad, los ilustres visitantes se dirigieron a la localidad de Cangas de Onís, donde fueron recibidos en el Ayuntamiento por la corporación municipal.
La ciudad se encontraba engalanada con banderas nacionales y asturianas y varios centenares de personas aguardaban la llegada de la Familia Real.
En el balcón del ayuntamiento, el alcalde de Cangas de Onís pronunció una
palabras de bienvenida en las que recordó que Cangas fue la corte de los primeros Reyes de España y cuna de la Reconquista. A estas palabras el príncipe Felipe, tras consultar a sus padres, contestó con un sencillo «Muchas gracias».
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