Verdaderamente familiarizado con él, yo no conozco a ningún grande hombre... Un día, en Covadonga , lugar sublime, pensé algo semejante: ¡Aquí no ha estado jamás ningún grande hombre, de esos de primera clase verdadera, de los que saben leer en la Naturaleza todo o casi todo su simbólico misterio!...
Llegar a Covadonga , mirar a la cueva, ver y oír la cascada... (y no ver las mil profanaciones que hay en torno), hace un efecto... - épico, semejante, no sé por qué, a los tercetos del Dante. ¡El Dante en Covadonga ... creyendo, como creería, en algo de Covadonga ... y viendo aquello!...
No, en Covadonga no ha estado el Dante, ni cosa parecida.
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