lunes, 18 de julio de 2011

Exploración de 189I de La Capilla de Santa Cruz por el Conde de la Vga del Sella


Quise cerciorarme personalmente de las condiciones en que estaba el monumento, y para ello emprendi las excavaciones necesarias, que dieron el siguiente resultado:

El montículo destacaba netamente sobre el llano suelo de la vega; es de forma oblonga, debido probablemente a que por el lado N. pasa un camino de carro, mientras que por el S. el propietario de una finca de labor procura allanar su predio habiendo hecho desaparecer el desnivel de la base del montículo; tiene 37 metros por su parte más larga, por 18 metros en la dirección N. S. y una altura media de unos 3 metros.
La ermita conserva la última construcción de 1632, con insignificantes variantes; al lado de la Epístola, que corresponde al S., tiene una pequeña puerta que comunica con la sacristía, la que hace un saliente y tiene bóveda de cañón; según D. CIRIACO VIGIL parece remontarse a la época de la decadencia del estilo románico.
La puerta de entrada está situada en el lado N., pero existe otra anterior en la fachada que mira a Oriente y que hoy está clausurada

La lápida de Favila está, como dijimos, situada al lado del Evangelio, y como a unos 4,30 metros de altura.


Las paredes están construídas con cantos rodados del río, sencillamente amaestrados y con algunos pedazos de teja y ladrillo procedentes de las edificaciones anteriores; el espacio comprendido entre el arco toral y el altar mayor forma un cuadrilátero que hace al exterior un poco de saliente y tiene sus esquinas de sillería

Ni en el interior de la capilla, ni al exterior, hemos conseguido hallar piedra alguna de sillería que contenga algún detalle ornamental, por lo que supongo que las primitivas construcciones fueron humildísimas, como correspondía a la época de revueltas y pobreza que reza la lápida, y que la imaginación popular convirtió
en gruta de las hadas.

Al exterior se perciben los restos de unos cimientos colocados paralelamente a los actuales, y que deben corresponder a un atrio que circundaba el edificio. A pesar de conservarse en todo su perímetro, no hemos podido encontrar señal alguna de bases o contrafuertes, ni detalle alguno que nos permita suponer una planta más complicada que la actual.


Dadas las noticias que existían de las anteriores investigaciones, fué labor sencilla dar con el emplazamiento del dolmen, para lo cual hice una excavación debajo del arco toral, que dió por resultado poner a descubierto las cinco grandes losas de que se compone el cuerpo del dolmen y otras dos del arranque de la galería dolménica; la excavación se prosiguió hasta llegar al terreno natural formado por arenas del río.


Las piedras que rellenaban el interior, así como las del exterior eran cantos rodados y algunos con una o dos caras amaestradas groseramente. Entre ellas aparecieron algunos trozos de caliza cretácea, que presentaban unas canaladuras producidas por instrumento de metal y que verosímilmente pertenecen a la cubierta del dolmen y que no pudimos reconstituir por la imposibilidad de extender la excavación ante el temor de producir el hundimiento del edificio.

La cámara del dolmen tiene 2,40 metros de largo por 1,28 de ancho, y está formada por cinco
grandes piedras yuxtapuestas unas a otras y sensiblemente inclinadas hacia adentro en la parte superior, que tienen una altura media de 1,25 metros. Sus dimensiones, comenzando por la que ocupa el lugar de la derecha de la entrada) son 1,70 por 1,28; 2,10 por 1,30.
Piedra de cabecera 2,25 por 1,26; segunda de la izquierda, 1,90 por 1,10; primera de la izquierda, 1,75 por l. Otras dos piedras, próximamente de 1,15, forman el arranque de la galería dolménica y están colocadas en T con relación a las dos de la cámara del dolmen sobre las que se apoyan.

En el interior se hallaron algunas pequeñas esquirlas de huesos humanos y de oveja, pero no se encontraron ni instrumentos de piedra ni de metal, por haber sido extraídos en las anteriores excavaciones.

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