martes, 29 de diciembre de 2009

Primo de Rivera En Covadonga




05 agosto 1924


Con tiempo espléndido se ha celebrado el acto de la bendición de la bandera de los somatenes asturianos en Covadonga.
Desde las tres de la madrugada comenzaron a salir trenes especiales conduciendo somatenistas y público, que acudió de todos los puntos de la provincia.
Automóviles de todas clases han transportado miles de personas.
Algunos somatenes han ido a caballo po no tener otro medio de comunicación.
Terminado el solemne acto de bendecir las banderas de los somatenes, trasladáronse a la tribuna que se alzaba en la explanada de la gruta el presidente del Directorio, el obispo de Valladolid doctor Gandásegui, el obispo de Oviedo, el señor Martínez Anido, el capitán general señor Gardoqui y el gobernador civil señor Zubillaga.
En el rellano de la montaña agrupábanse los somatenes. Detrás, extendiéndose hasta el fondo del valle, habíase congregado una abigarrada multitud, que enronqueció de vitorear a España, al Rey y a los generales Primo de Rivera y Martínez Anido, salvadores de la patria.


Cuando se hizo el silencio comenzó a hablar el obispo de Oviedo, que principió diciendo


que el acto que se acababa de realizar con la bendición de las banderas, era un espectáculo sublime, de insuperable patriotismo en que se funden dos aspiraciones para rendirlas a los pies de la Virgen venerada de Covadonga.
Agregó que los hombres allí congregados,representaban la verdadera fuerza del espíritu patriótico, y dedicó grandes elogios al civismo de los somatenes
Recordó que los somatenes tienen un historial glorioso que demuestra cómo sin generales ni jefes diestros en el arte de la guerra con sólo patriotismo, algunos hombres de buenabuena voluntad, consiguieron en otro tiempo derrotar a los enemigos de la patria.
Terminó pidiendo que la Virgen de Covadonga bendiga e inspire al Directorio para el bien de la patria.


Después la señora Saracóndegui, en representación de las madres españolas, leyó varias cuartillas donde dijo que hablaba como madre española, en nombre de otras, para éxcitar al presidente a que lleve a feliz término la obra empezada para salvar a España.
Fue también muy aplaudida.
Al levantarse a hablar el general Primo de Rivera, fue acogido con una atronadora ovación,que se prolongó largo rato.
Comenzó diciendo que desde aquí, desde Covadonga, no se puede hablar sólo para Asturias,sino para todos los españoles, a los cuales dirigió un vibrante requerimiento para que colaboren en la obra del Directcrio
Dirigio luego un recuerdo a la Virgen de Montserrat, Patrona del Somatén, la cual estara en el cielo satisfecha por el acto que se realizaba aquí

Dijo que la unión del Ejército y la Marina es cada vez más íntima y estrecha, pues su común anhelo es la salvación de España.
Añadió que .pierden el tiempo quienes tratan de llevar al seno de la .gran familia militar el veneno de las discordias.
Dijo que va recorriendo España para mejor conocer sus necesidades y poderlas atender en la medida que permitan los medios de la nación.
No ofrece programas que deslumhren, a las multitudes; sólo dice la verdad, aunque no guste a muchos.
Terminó con vivas a España, a Asturias y a la gloriosa institución del Somatén-
Sus palabras fueron acogidas con vítores y aplausos frenéticos, que no se interrumpieron hasta que marchó de allí el presidente del Directorio.
Terminado el brillantísimo desfile tuvo lugar en el hotel «Pelayo», de Covadonga, un banquete homenaje que la representación de los somatenes ofreció a Primo de Rivera-
Ocupaba la presidencia el presidente del Directorio y acompañábanle el arzobispo de Valladolid, el obispo de Oviedo, el abad de Covadonga, el capitán general de la región, Martínez Anido y otras autoridades.

Se pronunciaron patrióticos brindis.

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