Los arqueólogos realizarán catas en el interior de la cueva canguesa para comparar las técnicas y la datación con el arte paleolítico riosellano
El equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) se ha marcado un nuevo objetivo: buscar similitudes entre la pintura utilizada por el hombre prehistórico para proyectar su arte en la caverna riosellana de Tito Bustillo, y aquella que fue aplicada en el interior de la cueva del Buxu, en Cangas de Onís.
El equipo de expertos dirigido por Mario Menéndez se trasladará el próximo mes de noviembre a la cueva de Cangas de Onís para realizar catas en la pintura utilizada por el hombre prehistórico durante la composición de los signos abstractos y las figuras de animales dibujados sobre la roca de sus paredes. No es la primera vez que se trabaja en esta línea. En el año 2007 el mismo equipo también se trasladó a esta cueva para recoger muestras de pintura, aunque en aquella ocasión se trataba de unos pigmentos hallados durante los trabajos de excavación.
Tanto las muestras recogidas hace unos años como las que se tomarán el próximo mes serán trasladadas al laboratorio que la UNED tiene en Madrid y a otros dos del Instituto de Patrimonio Histórico para compararlas con los restos de pintura que el equipo de Rodrigo de Balbín ha tomado de las paredes de la cueva riosellana y de los trabajos de excavación que, este experto arqueólogo, viene dirigiendo durante los últimos años en el interior de la gruta.
Con el estudio de ambos pigmentos rojos podrá conocerse y compararse tanto la técnica utilizada para acometer las diferentes representaciones paleolíticas como la datación de las mismas. La teoría que viene defendiendo en los últimos años el equipo de Mario Menéndez es que los autores de estas obras «son un mismo grupo de personas que recorrían, en función de las estaciones del año, las diferentes cuevas del entorno del Sella, no sólo Tito Bustillo y el Buxu», sentencia. De comprobarse científicamente que las dos muestras de pintura son similares podría refutarse esta teoría.
El equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) se ha marcado un nuevo objetivo: buscar similitudes entre la pintura utilizada por el hombre prehistórico para proyectar su arte en la caverna riosellana de Tito Bustillo, y aquella que fue aplicada en el interior de la cueva del Buxu, en Cangas de Onís.
El equipo de expertos dirigido por Mario Menéndez se trasladará el próximo mes de noviembre a la cueva de Cangas de Onís para realizar catas en la pintura utilizada por el hombre prehistórico durante la composición de los signos abstractos y las figuras de animales dibujados sobre la roca de sus paredes. No es la primera vez que se trabaja en esta línea. En el año 2007 el mismo equipo también se trasladó a esta cueva para recoger muestras de pintura, aunque en aquella ocasión se trataba de unos pigmentos hallados durante los trabajos de excavación.
Tanto las muestras recogidas hace unos años como las que se tomarán el próximo mes serán trasladadas al laboratorio que la UNED tiene en Madrid y a otros dos del Instituto de Patrimonio Histórico para compararlas con los restos de pintura que el equipo de Rodrigo de Balbín ha tomado de las paredes de la cueva riosellana y de los trabajos de excavación que, este experto arqueólogo, viene dirigiendo durante los últimos años en el interior de la gruta.
Con el estudio de ambos pigmentos rojos podrá conocerse y compararse tanto la técnica utilizada para acometer las diferentes representaciones paleolíticas como la datación de las mismas. La teoría que viene defendiendo en los últimos años el equipo de Mario Menéndez es que los autores de estas obras «son un mismo grupo de personas que recorrían, en función de las estaciones del año, las diferentes cuevas del entorno del Sella, no sólo Tito Bustillo y el Buxu», sentencia. De comprobarse científicamente que las dos muestras de pintura son similares podría refutarse esta teoría.
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