Por los dias cortos de enero de 1907, un cabo de la Guardia Civil y cinco numeros se suman a la población de Covadonga. El director de la Guardia Civil concede el puesto que habia solicitado el Cabildo. Ocurre que los canonigos , responsables del orden y compostura en el recinto, muchas veces no saben como arreglarselas cuando, en las fiestas de septiembre, se juntan las multitudes de peregrinos y rematan los cultos en les fogueres, regadas con abundante sidra.
Los canónigos han argumentado además alegando lo aislado del lugar y la responsabilidad de custodiar el tesoro artístico.Por eso la concesión del puesto a parecido justificada.
El Cabildo acuerda desalojar el Mesón del Peregrino y hacer en él las obras adecuadas para instalar los seis guardias con sus posibles familias. Pero mantener a sus expensas todo el montaje urbanistico de Covadonga, y ademá el orden es una empresa que supera con mucho las menguadas posibilidades económicas del Cabildo montañes, dueño de algunas fincas y prados que alquila a los aldeanos a muy poco precio.Menester muy principal de la ilustre corporación es gestionar fondos para todo cuanto ha de hacerse. El capitulo decide nombrar una comisión ,formada por D. Miguel Aldea y D. Pedro Poveda, para que vay a visitar al ingeniero director de las minas de la compañia Inglesa de Buferrera , para solicitar su ayuda en los gastos que ocasiona la venida de la Guardia Civil.
La Benemérita va a proteger tambien los intereses de la Compañia ; el polvorin y las vagonetas del mineral. La Buferrera puede olgadamente contribuir a los gastos que ocasionen las modestas reformas del Mesón
SAN PEDRO POVEDA EN COVADONGA
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