El alcalde cangués dice que lo trasladará a la comisión de Patrimonio Cultural.
01/02/2009 JAVIER G. CASO. LA VOZ DE ASTURIAS
La iglesia románica de Santa Eulalia de Abamia, declarada monumento nacional en 1962, aún no es entorno de protección, tal y como recoge la Ley de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias. En el caso de un Bien de Interés Cultural (BIC) como Abamia, declarado antes de 1985, la ley de Patrimonio señala la obligatoriedad de llevar a cabo la delimitación de su entorno de protección. Hasta que eso se cumpla de manera efectiva, la propia ley prevé un plazo de diez años de protección preventiva.
Esa sería la fase en la que aún permanece esta iglesia románica del siglo XIII, si bien algunos colectivos como la asociación cultural Abamia ya han expresado en repetidas ocasiones la necesidad de que el Principado delimite el entorno de protección de la antigua iglesia parroquial de Corao. A este respecto el alcalde de Cangas de Onís, Alfredo García, trasladó a LA VOZ su disposición a agilizar esa medida. "Lo trasladaré a la comisión de Patrimonio y si es necesario, iniciaríamos el expediente", comentó Alfredo García, quien no obstante advirtió que en estos momentos la iglesia de Santa Eulalia de Abamia y sus alrededores más próximos ya están incluidos en un área de protección arqueológica. "No creo que el entorno de protección vaya a ser mucho mayor", afirmó el alcalde cangués para quien Abamia "está bastante bien protegida" en el Plan Urbanístico de Cangas de Onís.
De cara a este año, García anunció que los técnicos municipales "ya han informado" un proyecto presentado por la consejería de Cultura y encaminado a retirar los bancos de piedra, los bolardos y las luminarias instaladas meses atrás en los exteriores de la iglesia de Abamia, una actuación que derivó en una denuncia como consecuencia de los daños causados a los texos que rodean a este monumento.
"Esa obra se hará en cuanto demos la licencia", añadió el alcalde, quien aclaró que estos trabajos no tienen nada que ver con la obra comprometida por Cultura para reparar los polémicos estucos que recubren las fachadas exteriores y que en algunas zonas están afectados por humedades y otros problemas derivados de su mala ejecución. A su vez sigue pendiente la reubicación de las sepulcros que la tradición atribuye al rey Pelayo y a su esposa.
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