La Consejería de Medio Ambiente anunció que Olicio figuraba en una relación de diez localidades asturianas contaminadas por metales, concretamente por mercurio. Un vecino, Honorio Nava, comenta al respecto que «las minas se abrieron en la década de los sesenta y se cerraron en los setenta. De ellas se llegaron a sacar hasta 1.800 kilos de mercurio en un mes», señala Nava. «Por aquel entonces, a nadie le preocupaba que donde tenían los hornos para separar y limpiar el metal no hubiera vegetación por los alrededores», añade. En dichos terrenos se realiza actualmente la fiesta del pueblo, muy popular en la zona. «Ahora parece que se preocupan y quieren examinar la posible contaminación de los terrenos», comenta Nava, pero, hasta entonces, los vecinos se preguntan qué hacer.
La explotación de mercurio en la zona comenzó en los años 50 y en 1965 entró el funcionamiento el pozo Olicio. La actividad finalizó en los 70, coincidiendo con el inicio de la crisis del mercurio. Hoy, cerca del pueblo de Brengues, existe una pequeña represa que en su día construyó la empresa minera, para evitar que materiales de la escombrera llegasen al río Sella. La propuesta de Medio Ambiente es excavar 2.500 metros cúbicos de los materiales de la escombrera con el objeto de depositarlos en un vertedero de seguridad 'off-site'. Para este tratamiento se estima un coste global unitario de 300 euros por tonelada.
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