La Rasa de Berbes , Club de Golf

Vistas desde el Campo
Jovenes Golfistas

Los Gamos que viven en el Campo

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Hoy la recomendación de ruta va indicada a los amantes del Golf, posiblemente muchos de ellos que nos visiten desconocerán la existencia de este Campo de 11 hoyos, sito en las inmediaciones de Berbes , pueblo del concejo de Ribadesella.

Tan solo el placer de contemplar las vistas que este campo nos ofrece del mar Cantábrico y Cordillera del Sueve hacen que sea el Campo de Golf con mas encanto de Asturias .

Las instalaciones están situadas en la localidad de Berbes a unos 10 Km de Ribadesella, accediendose a ellas por la Carretera Nacional Ribadesella - Gijón, punto kilométrico 11,5. Si se viene por la autopista del Cantábrico, la salida más próxima es el número 337 Caravia-Berbes, que dista unos 3 Km del Club.Esta a 50 kilómetros de Gijón. 70 de Oviedo. 130 de Santander y 30 de Llanes. Aeropuerto: 95 Km. Estación de Ferrocarril FEVE a 10 Km.

Actualmente cuenta con 11 hoyos, siendo el par del campo 73. En las calles se intercala la hierba autóctona con otras especies propias de los campos de golf.El drenaje natural del terreno hace que el campo no se encharque y se pueda practicar el juego durante todo el año.El sistema de riego instalado en los greenes hace que las condiciones de estos sean perfectas.

El Club de Golf La Rasa de Berbes se crea en el año 1.990 por un reducido grupo de amantes de este deporte, capitaneados por D. Luís Estévez Fernández, primer Presidende del Club y gracias a cuyo esfuerzo debemos el que en el año de 1.994 se hayan inaugurado los primeros hoyos del campo.
El nombre del Club se debe al paraje en el que esta situado el campo, en en terrenos de la costera localidad de Berbes, perteneciente al Ayuntamiento de Ribadesella.

Se trata de un paraje de belleza difícilmente inigualable, en el que podemos contemplar desde las majestuosas cumbres de los Picos de Europa, a las inmediatas cimas de la cordillera del Sueve y el mar Cantábrico que siempre tenemos a nuestros pies.

El campo, prácticamente, nunca registra saturaciones, por lo que unido a la tranquilidad que aporta el paisaje, hace que el juego resulte relajado y se pueda disfrutar plenamente de este deporte