lunes, 20 de febrero de 2012

MANUEL SANCHEZ NORIEGA " EL CORITU"


Manuel Sánchez Noriega nació hacia 1.890 en el concejo de Cangas de Onís, aunque otras versiones le hacen natural de la zona de Peñamellera. Como otros muchos habitantes de la región emigró a México, cogiéndole de lleno los peores momentos de la revolución en el país azteca. Según sus propias palabras, Sánchez Noriega ejercía como tratante de ganado en el norte, y allí se enroló en las unidades irregulares de caballería del general Francisco Villa.


Regresó a España con algunos fondos y se dedicó de nuevo a su profesión de comerciante de vacuno, ingresando en el Partido Socialista. Su principal campo de trabajo era la zona oriental de Asturias, en las fronteras con Santander y León, por lo que al comenzar la guerra civil su conocimiento del terreno y su fama de “ macho “ lo convirtieron en el jefe de los grupos de voluntarios que conservaron la zona de los puertos con León.
Sánchez Noriega, al que apodaban el “ Coritu “, tenía una personalidad ostentosa y le gustaba la fama, por lo que se fue formando sobre su persona una leyenda que él mismo alimentaba. Corrían rumores de que Villa le había encargado comprar armas en Europa y que había vuelto a España apropiándose de los fondos, que fue oficial con Villa y que había matado a mucha gente en duelo. Lo que si era cierto es que su chófer y guardaespaldas era un tipo mexicano cien por cien al que conocían como el “ Chingao “, que andaba cargado de armas y cananas y que había venido de México con el “ Coritu “.


El "machismo" proverbial del Coritu motivó frecuentes altercados con otras unidades, altercados que llegaron a causar serios incidentes, a los que echó tierra su amigo Belarmino Tomás, como presidente del Consejo Soberano. Uno de los más significados se dio con las unidades vascas.

Después de la caída de Santander la Brigada vasca se estableció en la zona de Cangas de Onís, en donde estuvo unos días de descanso para reponerse del castigo sufrido en el "Mazucu". Dependientes para su aprovisionamiento del depósito instalado en Cangas, el jefe de la Brigada envió unos camiones a por gasolina. A los conductores vascos les explicaron en el almacén que era necesario un vale firmado por el Coritu y se dirigieron a su Estado Mayor, instalado en un antiguo caserón en las afueras de la villa. El Coritu no solo no les dio el vale necesario, sino que además insultó a los conductores vascos llamándoles cobardes, traidores, responsables de la caída de Bilbao y mentándoles la madre “ a la mexicana “.


Su carácter violento e impulsivo se manifestaba no solo con los extraños, sino también con sus propios amigos. Su principal hombre de confianza era Remigio Arduengo, que, como él, había estado muchos años en México y que fue uno de los principales organizadores del robo de ganado en la zona de Valdeón. Arduengo tenia fama de buen tirador de pistola y era tan “ bocón “ como el Coritu, con el resultado de que ambos acabaron discutiendo y rompiendo la amistad. Cierto día se encontraron delante del ayuntamiento de Cangas de Onís al pasar el Coritu en su coche. Se detuvo éste y salió con la pistola en la mano insultando a Arduengo . Remigio desenfundó su arma y se dirigió al coche contestando a los insultos. A medida que se acercaban, ambos iban bajando la voz, mientras los espectadores buscaban refugio para apartarse del inminente tiroteo. Ya junto a su coche hablaron un rato en voz baja y acabaron por darse la mano y marcharon cada uno por su lado, con lo que la tragedia quedó reducida a sainete.
El Coritu era hombre de gestos espectaculares, pero en el fondo una buena persona. Abundan sus rasgos con los soldados heridos, llegando a descalzarse él y descalzar a sus oficiales para entregar las botas a solados que no las tenían y su coche se empleó muchas veces como ambulancia improvisada para trasladar al hospital a los congelados. Lo que no era obstáculo para que emplease su vehículo oficial para sus animadas juergas.


A Manuel Sánchez Noriega se le debe la salvación de la Virgen de Covadonga y de las joyas. El envió la Santina a Gijón, de donde más tarde fue trasladada a Francia por Eleuterio Quintanilla, y gracias a su gestión pudieron volver al santuario finalizada la guerra.


Ante la propaganda oficial franquista de que solo los culpables de delitos de sangre pagarían, Sánchez Noriega se creyó sin problemas, pero aceptó el salvoconducto de Belarmino Tomás y se embarcó en Gijón en el mismo pesquero en el que huían Arturo Vázquez y Lucio Deago entre otros jefes. Interceptados por el “ Cervera “, fueron conducidos al campo de concentración de Camposancos en Pontevedra. Al Coritu lo trasladaron a Asturias y después de un Consejo de Guerra sumarísimo fue fusilado en Gijón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy nieto del Coritu que vive en Mexico despues de que mi madre (su hija) huyera a Mexico por barco que salio de Francia me gustaria tener acceso a documentos firmados por mi abuelo
Att
Horacio Garcia Sanchez

Unknown dijo...

Hola igual soy bisnieta del coritu mi abuela era Arcelia Sánchez Hano y me llamo Camila Barrera me gustaría saber de familia en España o cualquier parte del mundo así como saber si alguien tiene fotos de el, cualquier cosa contáctenme camilabaf@gmail.com