Llegada de los Reyes a Covadonga
La banda municipal de Madrid.— La Escolta Real.- Viajeros ilustres
Oviedo 7 (2,30 madrugada). Anoche llegó la banda municipal de Madrid, que hoy dará un concierto en una plaza de la población.
El capitán general de la región estuvo hoy en Gijón y mañana marchará a Covadonga.
Hoy ha llegado la Escolta Real. Mañana se esperan al cardenal Primado, al obispo de Palencia, al auxiliar de Santiago y al obispo inglés Mr. Amigó.
Gran animación.- Entrega de la nueva bandera del regimiento de Covadonga
Oviedo (4,25 tarde) Dicen de Covadonga que los trenes llegan con todos los asientos ocupados. Por la carretera transitan constantemente automóviles, coches y viandantes. Desde Arriondas a Covadonga la animación es extraordinaria.
A las once de la mañana se celebró en la hermosa basílica la solemne entrega de la bandera del regimiento de Covadonga. La madrina, señora condesa de la Vega, ocupaba el sitio preferente.
A la llegada del cardenal Guisasola, a quien acompañaban los obispos de Oviedo, Plasencia, Orense y el auxiliar de Santiago, la tropa presentó armas y se tocó la Marcha Real.
Bendijo la bandera el prelado de la diócesis. Acto seguido se cantó la misa, oída la cual salió la tropa a la esplanada de la puerta de la basílica, disparándose muchos cohetes entre las aclamaciones y vítores del público numerosísimo.
El coronel del regimiento de Covadonga pronunció, después de hechas las descargas de ordenanza, una patriótica alocución. Luego, en nombre de la Junta que ha hecho el donativo de la bandera, pronunció el marqués de la Vega un discurso muy elocuente.
En la moharra y la cruz de la nueva valiosa bandera hay inscripciones alusivas al centenario de la gloriosa imagen de la Virgen.
Entregada la bandera, que fue conducida con gran solemnidad a la histórica cueva de la Virgen, pronunciáronse de nuevo discursos que la multitud aplaudió entusiasmada.
Llegada de los Soberanos
Oviedo 7 (9,20 noche). A las siete de la tarde llegaron a Covadonga los Reyes, acompañados por el marqués de Viana, la duquesa de Santo Mauro y el general Huerta.
Una compañía del regimiento de Covadonga tributó a SS. MM. los honores debidos.
Los cañones hicieron las salvas de ordenanza. El público prorrumpió en vítores y aclamaciones.
Las autoridaden saludaron a los Soberanos. El Rey revistó la tropa. Después, con la Reina, entró en la basílica bajo palio, donde se cantó un solemne Te Déum.
Al salir de la catedral dispararon de nuevo las baterías, y al aparecer en lo alto de la torre de la basílica desplegada la bandera el entusiasmo de la multitud estalló en una prolongada ovación.
El Rey vestía uniforme de diario de capitán general: la Reina, elegantísimo traje de color azul marino.
El gobernador entregó a la Reina un precioso ramo de flores.
Oviedo 7 (9,20 noche). A las siete de la tarde llegaron a Covadonga los Reyes, acompañados por el marqués de Viana, la duquesa de Santo Mauro y el general Huerta.
Una compañía del regimiento de Covadonga tributó a SS. MM. los honores debidos.
Los cañones hicieron las salvas de ordenanza. El público prorrumpió en vítores y aclamaciones.
Las autoridaden saludaron a los Soberanos. El Rey revistó la tropa. Después, con la Reina, entró en la basílica bajo palio, donde se cantó un solemne Te Déum.
Al salir de la catedral dispararon de nuevo las baterías, y al aparecer en lo alto de la torre de la basílica desplegada la bandera el entusiasmo de la multitud estalló en una prolongada ovación.
El Rey vestía uniforme de diario de capitán general: la Reina, elegantísimo traje de color azul marino.
El gobernador entregó a la Reina un precioso ramo de flores.
Los soberanos en la famosa cueva
Oviedo 8 (2 madrugada) Sus Majestades, con su alto séquito, visitaron la famosa cueva de Covadonga. Después desfilaron ante los Reyes en solemne procesión los individuos de la Adoración Nocturna en número de 500, con 80 banderas e innumerables antorchas.
Ante la imagen de la Virgen oraron las personas Reales.
Por la noche sentaron los Soberanos a su mesa al ministro de Fomento, conde de Revillagigedo, marqueses de Villaviciosa y Vega-Inclán, duquesa de San Carlos, duque de Santo Mauro y marqués de Viana.
Solemnidades religiosas.– Aclamaciones a los Soberanos
Oviedo 8 (8 noche) Comunican de Covadonga que esta mañana han llegado numerosas personas en automóvil para asistir a la fiesta de la coronación de la Virgen.
A las once de la mañana salieron los Reyes con el ministro Sr. Cambó, los grandes de España y el alto personal palatino, seguidos de la Escolta Real. Dirigiéronse a la tribuna, donde esperaban el cardenal Guisasola y varios prelados, que se unieron a la regia comitiva hasta la basílica, donde el Cabildo con cruz alzada recibió a los Soberanos, que hicieron su entrada bajo palio.
Volvieron un momento a la tribuna, donde el obispo de Oviedo presentó a los Reyes la corona sobre una bandeja cubierta con terciopelo rojo. Bendíjola a continuación el cardenal primado y la entregó al Cabildo de la basilica, que será su custodio.
Oviedo 8 (2 madrugada) Sus Majestades, con su alto séquito, visitaron la famosa cueva de Covadonga. Después desfilaron ante los Reyes en solemne procesión los individuos de la Adoración Nocturna en número de 500, con 80 banderas e innumerables antorchas.
Ante la imagen de la Virgen oraron las personas Reales.
Por la noche sentaron los Soberanos a su mesa al ministro de Fomento, conde de Revillagigedo, marqueses de Villaviciosa y Vega-Inclán, duquesa de San Carlos, duque de Santo Mauro y marqués de Viana.
Solemnidades religiosas.– Aclamaciones a los Soberanos
Oviedo 8 (8 noche) Comunican de Covadonga que esta mañana han llegado numerosas personas en automóvil para asistir a la fiesta de la coronación de la Virgen.
A las once de la mañana salieron los Reyes con el ministro Sr. Cambó, los grandes de España y el alto personal palatino, seguidos de la Escolta Real. Dirigiéronse a la tribuna, donde esperaban el cardenal Guisasola y varios prelados, que se unieron a la regia comitiva hasta la basílica, donde el Cabildo con cruz alzada recibió a los Soberanos, que hicieron su entrada bajo palio.
Volvieron un momento a la tribuna, donde el obispo de Oviedo presentó a los Reyes la corona sobre una bandeja cubierta con terciopelo rojo. Bendíjola a continuación el cardenal primado y la entregó al Cabildo de la basilica, que será su custodio.
El acta de la entrega firmáronla los Reyes, el Sr. Cambó y los prelados.
En este momento se oyeron cañonazos y el repique de campanas, que ensordecían los vítores de la multitud, que aclamaba a la Virgen y a los Soberanos.
Volvió la comitiva a la basílica, donde se celebró misa solemne cantada por el orfeón ovetense. Presidió el obispo de Plasencia.
Cuando terminó la misa fue conducida la Virgen procesionalmente a la tribuna a los acordes de la Marcha Real. Seguía la Escolta, que daba guardia de honor; el arzobispo de Toledo, de pontifical; los obispos, las personas de la comitiva regia y numerosos fieles.
Colocada la Virgen en el centro de la tribuna, arrodillóse la concurrencia, y el cardenal primado despojó a la Imagen de la antigua corona y la colocó la que fué bendecida pocos momentos antes.
Sonaron nuevos cañonazos y el orfeón entonó el himno a Covadonga, que fué escuchado con religioso entusiasmo.
En procesión y con los mismos honores fue conducida la Virgen a la histórica cueva, con lo que se dio por terminada la solemnidad religiosa.
Inauguración del parque nacional.– Regreso de los Reyes
Oviedo 8 (8,30 noche). Los Reyes invitaron a comer a los palatinos, a los representantes en Cortes y a las autoridades de Covadonga.
A las tres de la tarde se inauguró el parque nacional con gran concurrencia de curiosos.
Los Reyes plantaron un árbol.
Pronunciaron discursos alusivos al acto el marqués de Villaviciosa de Asturias y el ministro de Fomento, Sr. Cambó.
Una hora después marcharon a Gijón los Reyes con su séquito, el Sr. Cambó y el capitán general de la región.
El público dispensó a los Soberanos un recibimiento entusiasta.
Mañana regresará a Madrid la fuerza del regimiento de Covadonga que vino para la fiesta.
En este momento se oyeron cañonazos y el repique de campanas, que ensordecían los vítores de la multitud, que aclamaba a la Virgen y a los Soberanos.
Volvió la comitiva a la basílica, donde se celebró misa solemne cantada por el orfeón ovetense. Presidió el obispo de Plasencia.
Cuando terminó la misa fue conducida la Virgen procesionalmente a la tribuna a los acordes de la Marcha Real. Seguía la Escolta, que daba guardia de honor; el arzobispo de Toledo, de pontifical; los obispos, las personas de la comitiva regia y numerosos fieles.
Colocada la Virgen en el centro de la tribuna, arrodillóse la concurrencia, y el cardenal primado despojó a la Imagen de la antigua corona y la colocó la que fué bendecida pocos momentos antes.
Sonaron nuevos cañonazos y el orfeón entonó el himno a Covadonga, que fué escuchado con religioso entusiasmo.
En procesión y con los mismos honores fue conducida la Virgen a la histórica cueva, con lo que se dio por terminada la solemnidad religiosa.
Inauguración del parque nacional.– Regreso de los Reyes
Oviedo 8 (8,30 noche). Los Reyes invitaron a comer a los palatinos, a los representantes en Cortes y a las autoridades de Covadonga.
A las tres de la tarde se inauguró el parque nacional con gran concurrencia de curiosos.
Los Reyes plantaron un árbol.
Pronunciaron discursos alusivos al acto el marqués de Villaviciosa de Asturias y el ministro de Fomento, Sr. Cambó.
Una hora después marcharon a Gijón los Reyes con su séquito, el Sr. Cambó y el capitán general de la región.
El público dispensó a los Soberanos un recibimiento entusiasta.
Mañana regresará a Madrid la fuerza del regimiento de Covadonga que vino para la fiesta.
A causa de la excesiva aglomeración de forasteros han ocurrido varios pequeños accidentes.
El tranvía a Covadonga arrolló y mató a un hombre desconocido.
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